La moda cambia constantemente, y los vestidos no son la excepción. Esta temporada, destacan los tonos tierra como terracota, beige y oliva, ideales para climas frescos o cálidos. Además, los vestidos con cortes asimétricos y aberturas estratégicas se están tomando las pasarelas.
Otra tendencia fuerte es el regreso del estilo minimalista: vestidos lisos, de tela suave, con siluetas limpias y elegantes. Combinan a la perfección con accesorios llamativos o un maquillaje más marcado.
Por otro lado, los detalles en dorado —como broches, cinturones o pinzas— le dan al vestido un aire sofisticado sin necesidad de exagerar.
Consejo: Invierte en uno o dos vestidos de buena calidad que sigan estas tendencias. Podrás combinarlos de mil maneras sin pasar de moda.